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Esta nueva IA de Apple puede provocar que miles de narradores pierdan su empleo

La inteligencia artificial es capaz de hacer cosas sorprendentes. Apple acaba de lanzar un nuevo servicio que permite que la IA sea capaz de narrar audiolibros. La tecnológica, que próximamente meterá la cabeza en el mercado del hardware de realidad virtual y realidad aumentada, ya permite que cualquier autor que quiera pueda recurrir a este servicio. La firma pone a su disposición para ello tanto a un robot masculino, llamado Jackson, como a uno femenino, Madison.

Actualmente, ya hay decenas de audiolibros de este tipo disponibles en la ‘app’ nativa de Apple Libros. Todos narrados en inglés. «Muchos autores, especialmente los autores independientes y los asociados con pequeñas editoriales, no pueden crear audiolibros debido al costo y la complejidad de la producción. La narración digital de Apple Books hace que la creación de audiolibros sea más accesible para todos, ayudando a satisfacer la creciente demanda al poner más libros a disposición de los oyentes para que los disfruten», afirma la empresa.

Sobre el papel, de acuerdo con Apple, todo son ventajas. No obstante ya hay quien comienza a alzar la voz sobre el peligro que esta nueva herramienta puede representar para los profesionales dedicados a la narración de audiolibros. Un oficio que, ahora, se une a otros, entre ellos dibujantes, escritores y periodistas, que podrían llegar a ver amenazados por el desarrollo de la inteligencia artificial. Con todo, queda claro que para que el daño sea grande, y la IA termine llevando a miles de trabajadores cualificados al paro o precarizando notablemente el sector, la tecnología todavía tiene que avanzar.

«De forma inmediata los trabajadores no corren riesgo. Pero en el futuro, y ese futuro podría llegar en dos años o menos, la cosa es probable que cambie», explica a ABC Juan Ignacio Rouyet, profesor especializado en inteligencia artificial y Ética de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). El experto remarca que, aunque las IA como las de Apple «todavía cometen errores de pronunciación entre otros fallos, los terminarán solucionando con entrenamiento».

Durante los últimos años, y en parte gracias a la pandemia, el negocio de los audiolibros se ha disparado. Para finales de década, algunos informes apuntan que podría rondar, a nivel global, los 35.000 millones dólares para finales de década. En estos momentos, el negocio está en buena medida por Amazon. La tecnológica concentra actualmente el 80% del catálogo de audiolibros disponibles en español a través de su plataforma Audible. Mientras tanto, otras empresas, como Spotify, ya han compartido su intención de coger un trozo del pastel.

Hace unos meses, durante el encuentro anual de la aplicación de audio en ‘streaming’, el director ejecutivo de la empresa, Daniel Enk, afirmó que Spotify ve en los audiolibros una oportunidad de 70.000 millones de dólares anuales. Con la llegada de la nueva IA de Apple, queda claro que la firma del iPhone busca ser más competitiva en un mercado en franco crecimiento. Queda la duda, no obstante, de si la locución automatizada de libros terminará generando una tendencia. Algo que dudan expertos dentro del sector editorial.

«Las empresas observan el mercado de los audiolibros y ven que se puede ganar dinero», afirma en declaraciones a ‘The Guardian‘ la agente literaria canadiense Carly Watters, quien, además, remarca que con su IA, Apple «busca generar contenido, pero nada más. Esto no es lo que los clientes quieren escuchar. Hay mucho valor en la narración y en el hecho de contar historias».

Y es que, aunque la máquina de la firma de la manzana ofrece buenos resultados, por el momento está lejos de equipararse con los grandes profesionales. Incluso cometen fallos en la pronunciación y en la interpretación, tal y como explica el profesor de UNIR y comparten medios como ‘Ars Technica‘.

No obstante, las tecnológicas siguen trabajando en desarrollos que permiten que las máquinas sean cada vez más competentes. Hace apenas unas horas, Microsoft presentó una nueva IA llamada Vall-E que, de acuerdo con la empresa, es capaz de replicar el tono de voz de cualquier persona. Solo necesita tres segundos de grabación para conseguirlo y, además, es capaz de ofrecer muy buenos resultados, tal y como demuestran los ejemplos compartidos por la compañía hasta el momento.

Sea como fuere, desde el punto de vista de Rouyet, según las IA de este tipo se vayan perfeccionando es probable que la locución de audiolibros por profesionales se termine convirtiendo en una suerte de extra. «Podría convertirse en una nueva categoría de valor que haga que el audiolibro sea más caro que en aquellos casos en los que sea una IA la que hay detrás. Al final, es complicado que una máquina pueda entonar, por ejemplo, una exclamación de varias formas, tal y como lo haría un actor de doblaje, que le daría sus propios matices».

El experto apunta, a este respecto, que «la parte artística de la locución no va a desaparecer, lo que ocurrirá es que se democratizará y cualquiera podrá acceder a ella».

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