GeekAnDev

logo del sitio

Adiós a Google Maps: este trozo de tela te dice por dónde ir dándote toques en el brazo

Si sueles viajar, seguro que estás acostumbrado a eso de ir con los ojos pegados a la pantalla del teléfono todo el rato para encontrar los sitios que quieres visitar. Todo un incordio que, además, puede dejarte el móvil con la batería bajo mínimos. Ahora, científicos de la Universidad Rice, de la ciudad estadounidense de Houston, han desarrollado una suerte de dispositivo textil inteligente que puede cambiar esto para siempre, ya que es capaz de dirigir al usuario en su camino, simplemente, dándole toques en el brazo.

«Esperamos que estos textiles portátiles beneficien tanto a las personas que necesitan asistencia clínica como a aquellas que, simplemente, desean una mejor experiencia diaria con cosas como la realidad virtual y aumentada», explica a ABC Barclay Jumet, estudiante de postdoctorado de la Universidad Rice y autor principal del estudio, que este martes ha sido publicado en la revista científica ‘Cell‘.

El ingenio es funcional gracias al uso de tecnología háptica, que permite que un dispositivo genere un estímulo en el usuario similar a la sensación del tacto o a la vibración, incluso puede provocar cambios de calor y frío. La función está muy presente en campos como la realidad virtual y el videojuego, y promete convertirse en una de las grandes claves para mejorar inmersión en ese mundo virtual conocido como metaverso, que, por el momento, sigue en los cimientos.

Hasta la fecha, en lo que se refiere a la navegación, la mayoría de sistemas populares, como Waze o Google Maps, se basan en el empleo del sonido o en la información visual para guiar al usuario. Sin embargo, la transmisión de datos de este modo puede provocar distracciones o apabullar. La adopción de textiles hápticos, como el creado por los investigadores de Rice, puede representar una buena alternativa. Y, además, para todos.

Jumet apunta que la tecnología puede «ayudar a quienes tienen pérdida de visión o audición», pero también a quien no tiene ninguno de estos problemas: «Esperamos que los usuarios puedan usar esta tecnología en la vida diaria para experimentar más plenamente el mundo que los rodea, ya sea un mundo virtual o el mundo físico».

Para desarrollar su estudio, los investigadores comenzaron desarrollando el dispositivo textil y probándolo con usuarios humanos en laboratorio. Algo que resultó especialmente desafiante, ya que cada persona experimenta el tacto de una forma diferente. Encontrar el término medio para que el ‘wearable‘ fuese funcional con la mayor cantidad de gente posible no fue un camino sencillo.

Una vez se superó esta fase, el equipo de Rice se decidió a probar su funcionamiento en un entorno real. Adaptaron la tecnología a dos mangas que el usuario llevaba puestos en los brazos y añadieron la tecnología que hace que el dispositivo sea funcional a un cinturón.

En vídeos compartidos por el equipo, se puede ver cómo una persona consigue llegar a un patinete eléctrico ubicado a varias manzanas de distancia exclusivamente prestando atención a los ‘golpes’ que generaban las mangas en su brazo cuando llegaba a una calle. Si tenía que girar a la izquierda, el ‘wearable’ de su brazo izquierdo se lo marcaba, lo mismo si debía dirigirse a la derecha. Así de sencillo. Sin escuchar ninguna voz diciéndote que a gires a setenta metros o ir con los plantados sobre la pantalla del móvil fijándote en la flechita del Google Maps.

El equipo también testó el funcionamiento de las mangas durante un desplazamiento en patinete eléctrico, en el que la tecnología siguió siendo perfectamente funcional a pesar de los baches. De acuerdo con el estudio, los usuarios interpretaron correctamente las directrices marcadas por el dispositivo el 87% de las veces.

Según explican a este diario los investigadores de la universidad estadounidense, la tecnología está madura, por lo que no sería raro que en el corto o medio plazo comiencen a comercializarse dispositivos similares.

«La facilidad con la que estos dispositivos se pueden diseñar, adaptar e implementar es uno de los grandes activos de nuestro trabajo. Los materiales son económicos y están disponibles comercialmente. Los patrones de corte se pueden personalizar para cualquier aplicación y usuario. Y una vez diseñados, las salidas hápticas son consistentes y ahora se programan y activan más fácilmente con menos infraestructura externa», señala, a este respecto, el autor principal del estudio.

Compartir