Amazon lleva cerca de una década anunciando sus planes para comenzar a realizar repartos de paquetes mediante el empleo de drones. Por fin, hace aproximadamente un mes, la empresa comenzó utilizar estos dispositivos en las localidades estadounidenses de Lockeford, en California, y College Station, en Texas. Sin embargo, parece que el uso que ha tenido por parte de los usuarios ha sido, cuanto menos, escaso.

De acuerdo con la información de ‘The Information‘ o ‘Bussines Insider‘ durante este primer mes en funcionamiento los drones MK 27 de Amazon han realizado repartos en menos de 10 domicilios. A pesar de estos resultados, la empresa sigue teniendo intención de ampliar los repartos por los dos estados norteamericanos. No obstante, se están encontrando con un problema importante: las normas establecidas por la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA).

Para cumplir con la normativa vigente y poder operar, el dron debe realizar los repartos bajo la supervisión de seres humanos; por lo que la premisa de abaratar los envíos y agilizarlos prescindiendo de trabajadores no se está cumpliendo. Actualmente los ‘gadgets’ de Amazon precisan de vigilancia incluso para pasar de una calle a otra.

«Para cruzar la calle sin dejar de cumplir con las reglas de la FAA, los empleados de Amazon tenían que actuar como observadores para asegurarse de que no se acercaran vehículos cuando el dron necesitaba cruzar la calle», afirma ‘The Information’, medio que ha consultado a fuentes internas de la tecnológica.

De acuerdo con la normativa de la Administración Federal de Aviación estadounidense, entre otras cosas, los drones de la empresa no pueden volar por encima de personas, centrales eléctricas, colegios e institutos durante las horas lectivas u otros edificios considerados de alto riesgo. Asimismo, los repartos de los paquetes solo pueden realizarse en espacios que se encuentren ubicados a poco más de 6 kilómetros del área de despegue del dispositivo.

Todo esto provoca que las entregas estén notablemente limitadas. Los drones, incluso, deben encontrarse a 30 metros de cualquier ser humano mientras están en funcionamiento, por lo que el usuario ni siquiera puede acercarse al dispositivo para recoger su paquete.

Efectivamente, la tecnológica lleva una década empujando para convertir en una realidad las entregas mediante drones a través del plan Amazon Prime Air. En 2013 Jeff Bezos, fundador del gigante tecnológico, afirmó que esperaba que el proyecto se convirtiese en realidad en «4 o 5 años». Algo que no ocurrió. Durante estos diez años la empresa ha invertido más de 2.000 millones de dólares en el empeño sin haber conseguido ningún éxito real más allá de haber comenzado a operar en dos localidades estadounidenses con las limitaciones explicadas.

A pesar de ello, la empresa sigue adelante con el plan. Hace unos meses anunció la próxima generación de drones MK30, que piensa comenzar a emplear en los repartos el próximo 2023. De acuerdo con Amazon, serán capaces de entregar paquetes de 2,2 kilogramos apenas una hora después de que el usuario haya realizado el pedido a través de la ‘app’.